Mi nombre es Thomas y esta es mi historia.
Tuve una novia hace años, se llamaba Isabella, ella
era muy hermosa, aunque tenía un carácter particular, mal humorada como todas
las mujeres, pero fuerte, decidida, luchadora y sobretodo comprensiva. Cuando la conocí estaba en cuarto año del
secundario y yo estaba en segundo año de facultad estudiando ciencias de la
salud. Nuestro primer año juntos fue
bastante bueno, mi familia estaba encantada con ella, sobretodo mi mama quien
la trataba como su hija, supongo que trataba de sacarse las ganas de saber que
sería si hubiese tenido una, porque en mi casa somos tres hermanos. Mi papa
también la adoraba. Isa y yo teníamos
una relación seria, mucha gente nos envidiaba, espero que sanamente. No
salíamos mucho, nos gustaba compartir tiempo en mi casa o en la suya con
nuestras familias, solíamos haces paseos una vez por mes con amigos y realmente
nos encantaba pasar tiempo juntos. Nuestro segundo año fue la época donde
comenzaban las pelas por todo y fue duro estaba seguro que llegaba el fin de nuestra
relación, peleábamos tan fuerte que el día de su graduación ni siquiera estuve
invitado, es una de esas cosas que a pesar del tiempo no he logrado olvidar ni
entender. Esa misma semana ocurrió algo
que cambiaría todo. Fue un 30 de octubre salimos a bailar, nos habían invitado
a una fiesta de disfraces. la cual también fue motivo de pelea al decidir cómo
vestirnos. Al final fui de doctor, ese día eran un disfraz, pero algún día
seria mi sueño hecho realidad. Isa fue de enfermera y por primera vez en mucho
tiempo pasamos una noche entera sin pelear, salimos del lugar a las 5 de la
madrugada y conduje hasta su casa, la deje en la puerta, le di un beso en la
frente y le dije que la amaba. Me dirigía a mi casa que quedaba a veinte
minutos de la suya yo estaba muy agotado, ese día había rendido un examen y no
había descansado bien. Estaba esperando que cambiara el semáforo para arrancar
y sé que arranque, pero no recuerdo nada más. Después sentí que me hablaban,
abrí mis ojos, una mujer estaba sentada junto a mi no podía escuchar bien q me
decía, mi cabeza estaba apoyada en el volante y mis ojos no veían con claridad,
levante mi mano tenia cortes profundos, toque mi cara estaba sangrando, la mujer
a mi lado pregunto el número de algún familiar, le dije: por favor llama a mi
esposa, la mujer sorprendida pregunto ¿esposa? Pero rápidamente dijo: dime el
número. Se lo di. Un bombero rompió la puerta de mi auto me saco y me subieron
a una ambulancia, llegue al hospital no entendía que había pasado mi cabeza no
paraba de sangrar mis ojos no veían bien, me dolía todo. Más tarde llego Isa,
no sé cómo me habrá visto pero recuerdo ver su cara con lagrimas y sostener mi
mano mucho tiempo. Mis padres estaban de viaje, Isa había llamado a mi hermano
mayor quien se encontraba arreglando todo lo del accidente con los policías. Me
había quedado dormido y choque contra una camioneta, el otro hombre se
encontraba en perfectas condiciones. Estuve en ese hospital una semana completa,
tuve una operación, me había abierto la cabeza desde la frente casi hasta las
orejas. De milagro estoy vivo y cada día doy las gracias. Esa semana isa estuvo
cada minuto conmigo era realmente como mi esposa, me cuidaba, me daba de comer,
me llevaba al baño y jamás se quejaba. Nunca olvidare que fue ella quien estuvo
en tantos momentos difíciles de mi vida. Estuve 3 meses en rehabilitación, Isa
siempre estuvo allí, pasaron 5 meses desde el accidente y se acercaba cada vez más el día, ella se iba,
había logrado entrar a una importante universidad en Australia, ese siempre fue
su sueño. Se iría por 5 años, ya lo habíamos hablado no tenía sentido continuar
con la relación, sabíamos que no funcionaria, al menos eso siempre dice la
gente. Una semana antes llore cada noche pensando que no la iba a tenerla más a
mi lado, pero jamás se lo dije. Me vio llorar el día de su viaje, ese día me
quebré totalmente. Los dos primeros mese hablamos como si aun fuéramos novios,
después yo conocí alguien, estudiaba conmigo se llamaba Ana, ella se volvió mi
apoyo diario, me sentía muy solo sin Isabella
y Ana siempre estaba en el momento indicado. No duro mucho, pero Isa no me
hablaba más. Ella lo supo, yo mismo se lo conté y sé que la lastime, solo
habían pasado 4 meses y yo ya tenía alguien conmigo, había decidido no esperar, creo que los hombres no toleramos mucho
el dolor y buscamos la manera más rápida de sacárnoslo de encima. Un año
después volvimos a hablar, nos vimos cuando vino a buenos aires de vacaciones y
desde entonces fuimos amigos todo el tiempo. Me contó incluso un año antes de
volver, que había conocido alguien y que estaba muy feliz. Le dije que me
alegraba mucho por ella. Cada uno siguió su camino y busco su felicidad. Según
se, ese hombre, esteban se llamaba, fue muy importante para Isabella.
En la vida uno no debe perder las oportunidades,
tampoco los momentos de felicidad, no hay que quedarse estancado con algo, hay
que salir adelante, cumplir los sueños y ver a donde nos lleva el destino. Hoy nueve
años después se que hice lo correcto cuando decidí no esperar, ahora la tengo cada noche durmiendo a mi lado.
dedicado a A.Z
Michelle
Salgado
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